sábado, 30 de abril de 2011

Se desmarca, pasa y.... GOL!

La vida es como un partido de fútbol puedes ganar, perder o empatar. El tiempo transcurre aunque tú no lo quieras, el reloj no se para y los noventa minutos transcurren serenos y pacientes. Has de jugar, quieras o no. Seguramente harás trampas, alguna vez fingirás una caída pero también habrá momentos en los que te alces fuerte y victorioso tras marcar un gol, o instantes en los que calcules jugadas en tu mente mientras escuchas los vítores y aplausos. Pero sigues jugando… Discute las normas con el árbitro, grita a tus compañeros alguna palabra de ánimo, y en alguna ocasión recoge del suelo a tu adversario. Atiende tus heridas tanto las sangrantes como las superficiales, juega rápido, y con toques de riesgo atrévete a pasar el balón y a crear algún pase perfecto. Saca de banda o de córner, pero saca con furia y a la vez dulzura. Juega con la furia del león cada uno de tus noventa minutos, no esperes un descanso, no dividas tu partido, no esperes a la prórroga para empezar a correr. Simplemente juega tu partido como si no hubiera mañana, hasta que escuches como el silbato suena tres veces. Y entonces digan: Fin del partido. 

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