martes, 11 de enero de 2011

Los parpados caen lentamente, como el sol de una postal del Mediterráneo, dejando matices como bostezos y miradas furtivas al reloj para calcular las horas de sueño. Alguna vaga idea ronda tu mente, mientras tus músculos parecen dejar de existir y de ser porque ya solo sientes la dureza de tu colchón... En  ese momento que tus ojos se cierran acabas de poner tu contador a cero.
Sí, los 86.4000 segundos de tu día han finalizado y mañana te esperan otra vez los mismos instantes y segundos... 
Pero esta vez asegúrate que cuando te eches en la cama esos miles de segundos hayan servido, que tus 86.400 sean sonrisas, momentos, deseos, ilusiones... y ya después de esto podrás cerrar los ojos tranquilo, porque mañana tendrás 86.400 oportunidades de ser feliz y hacer feliz.


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